Hola amor,
Esta carta te la escribo desde un estado superior; desde lo sublime de este sentimiento que tu me causaste.
En este día me di cuenta de que no tengo dudas ni temor; y no como las veces previas estoy en un estado de gracia en que todo parece perfecto y armónico, miro hacia atrás y recuerdo pero no añoro el camino que me condujo hasta ti, a reconocerte como mía, a mi medida, a saber que estaré al lado tuyo hasta que uno de los dos llegue a la muerte, tranquilos de saber que murieron plenos y completos al conocer su otra mitad.
Hoy amada mía sé que no hay nada más lógico que unirme a ti en una relación, desde hoy seremos una família, dos personas que como tales se unen voluntariamente...concientes de que no hay otro camino posible.
Me arrodillo, me inclino derrotado ante el destino que me superó en su juego... desconocia las reglas... pero me llevé el premio.
Recuerdo, futura esposa, que el camino que se nos viene, será difícile irregular, algunas veces nos perderemos, retrocederemos para volver a reconocerlo, quizás incluso reconocernos...luego seguiremos adelante, concientes de que en ese viaje no vale la pena llegar rápido o primero, sino disfrutar el camino y la compañia.
Iremos de la mano, a veces abrazados, pocas veces distantes y otras acompañados. Cuenta con mi serenidad y sinceridad, quizás fuerza, o lo que quieras y necesites. Espero obtener lo mismo de ti.
Recuerde, eso sí, una cosa, que desde hoy y por siempre serás la única que me inspiró a rendirme y desear por siempre estar contigo, renunciando a todo, mi reino por tu sombra... mi vida por ti.
Hoy, mi amada, te pido y espero que aceptes, mi compañia para el resto de tu vida, y tu mano sobre la mia, para el resto de la mía.
¿Te casarias conmigo?
Esta carta te la escribo desde un estado superior; desde lo sublime de este sentimiento que tu me causaste.
En este día me di cuenta de que no tengo dudas ni temor; y no como las veces previas estoy en un estado de gracia en que todo parece perfecto y armónico, miro hacia atrás y recuerdo pero no añoro el camino que me condujo hasta ti, a reconocerte como mía, a mi medida, a saber que estaré al lado tuyo hasta que uno de los dos llegue a la muerte, tranquilos de saber que murieron plenos y completos al conocer su otra mitad.
Hoy amada mía sé que no hay nada más lógico que unirme a ti en una relación, desde hoy seremos una família, dos personas que como tales se unen voluntariamente...concientes de que no hay otro camino posible.
Me arrodillo, me inclino derrotado ante el destino que me superó en su juego... desconocia las reglas... pero me llevé el premio.
Recuerdo, futura esposa, que el camino que se nos viene, será difícile irregular, algunas veces nos perderemos, retrocederemos para volver a reconocerlo, quizás incluso reconocernos...luego seguiremos adelante, concientes de que en ese viaje no vale la pena llegar rápido o primero, sino disfrutar el camino y la compañia.
Iremos de la mano, a veces abrazados, pocas veces distantes y otras acompañados. Cuenta con mi serenidad y sinceridad, quizás fuerza, o lo que quieras y necesites. Espero obtener lo mismo de ti.
Recuerde, eso sí, una cosa, que desde hoy y por siempre serás la única que me inspiró a rendirme y desear por siempre estar contigo, renunciando a todo, mi reino por tu sombra... mi vida por ti.
Hoy, mi amada, te pido y espero que aceptes, mi compañia para el resto de tu vida, y tu mano sobre la mia, para el resto de la mía.
¿Te casarias conmigo?
