La idea de anticiparse, conocer a otro y su forma de reaccionar es lo más lógico, pero aún así, considero impredecible. ¿Porque? Porque cambiamos en el camino, previo, durante y posterior a la crisis, de distinta forma, en distinto grado y quizás en distintos sentidos, ya no seremos los mismos después. Y lo que creo es peor... el cambio es silente, no siempre a viva voz, a veces incluso a escondidas. Finalmente cuando uno se da cuenta, es tarde, el tiempo de hablar, de arreglar o atenuar los cambios o por lo menos de aceptarlos ya pasó, somos distintos, muy distintos. Hemos cambiado, y quizás el otro no, pero distintos.. algo ya no está y algo hay que hacer...
¿Triste? Inevitable? Infantil?... me quedo con triste.
