sábado, 14 de junio de 2008

Noticia

Sentada me mira buscando una respuesta, entre mis gestos y mi mirada arrogante. Luego de analizar y revolver mis pensamientos, suprimir las ganas de que el diagnóstico salga como un veredicto, le digo que está embarazada.

Está sola la madre la espera al otro lado de la puerta roja con pintura vieja y descascarada. En ese momento esa es la barrera entre su privacidad, su nuevo secreto y el asomo de vergüenza, retos y temible distanciamiento. Me mira desconcertada, quizás ofendida, su reacción refleja es la de protegerse decir que no es cierto, que me equivoqué o que el examen no puede estar correcto.

- ¿Pero cómo? Si lo hicimos una sola vez. Y puros cariñitos nomás…

- A veces pasa Katerin. Con una es suficiente.

- ¿Y ahora qué hago?

- Depende… de lo que quieras, a tu edad no es fácil asumir esto sola, sé que tu madre está afuera, no sé qué tipo de relación es la que tienes con ella pero si sé qué independiente de lo que pase te apoyará, quizás se enojará contigo al principio, y creo que tendrás que entenderla primero a ella para que ella pueda entenderte después a ti, pero a la larga necesitas alguien que te apoye.

- Mi padre me va a matar. ¿Y el colegio?

Pensando e intentando asimilar la noticia que recién le entregué, miles de conexiones descargando al mismo tiempo le impiden concentrarse en cualquier cosa que le diga a continuación. La miro, sus ojos buscan un punto donde fijarse en los rincones de la sala de consulta… no lo logra y al cruzarse con los míos se desvían y por un instante quieren volver a conectarse, tampoco lo logran.

Pienso egoístamente que me atraso en mi horario establecido para atender la avasallante demanda de atención impuesta por el sistema, ella mira hacia adentro ahora y llora, su mundo ha cambiado y si logra sortear los riesgos de un embarazo a tan temprana edad, habrá cambiado para siempre y en tantos sentidos que no puede dimensionar ahora. No todo es malo, pero ya mucho se ha perdido. La inocencia que no fue robada en un acto, más bien está en el acto mismo, ahora es usurpada brutalmente por un examen y un hombre en traje blanco con cara de niño.

Un hombre con cara desconocida, que no reacciona y por inercia sigue llenando papeles de futuros exámenes, medicamentos y consultas que deberá tener en los próximos meses, piensa que hace lo mejor por la salud de ambos; es una forma de mitigar el hecho de que no hace nada por ella más que causar dolor y no buscar confortarla mientras se seca por dentro y se humedece por fuera. Algunos dirán que debe pasar por esta fase del duelo y como tal sufrir el choque y la negación; otros piensan que habrá que contenerla. Yo dejo que su conciencia sea su consejera, y que sin conocer a alguien estimar cualquier conducta en esta situación es arrogancia y presunción, rótulo del galeno por excelencia.

Lentamente se repone, entre sollozos me dice que no quiere que su madre sepa. Yo no puedo negarme, aún siendo joven, menor de edad, y estando desconsolada lo que pasa es de ella y solo suyo, médico, madre, o el consejo ético en pleno no me pueden obligar a prevalecer sobre su decisión de privacidad. Para ambas tranquilidades solo le pido que vuelva en una semana, le deseo de corazón que se sobreponga a este evento, que me busque en cualquier ocasión si me necesita y que intente buscar la mejor forma y situación para decirlo a su madre - ojala con testigos – una margarita infantil se asoma y me trae pena.

Papeles en mano se retira y mecánicamente dice gracias. El falso “doctor” piensa que un segundo hijo en dos años y a los dieciocho años no es fácil de asumir, pero aparentemente sí de hacer. Suspira… toma aire… - El próximo.

domingo, 8 de junio de 2008

Perfexión

¿Qué me hace pensar que soy mejor que los demás?

Soy médico y debo infelizmente creerme el cuento… la mayor parte del tiempo, involuntariamente, tiendo a pensar que soy mejor, más ducho, o que al menos en una situación dada yo podría tomar una mejor decisión o actuar mejor que otros con una arrogancia que no tolero. Al pensarlo desecho el orgullo y por suerte la humildad aflora y supera, pero el pensamiento no deja de existir… aminora.
Esto también se aplica en otras instancias como al momento de escoger pareja, en este caso menos, aunque a veces me siento en ventaja, en la posición de criticar... ¡Insólito! Irreal, estúpido y arrogante.
Al mismo tiempo y casi contradictoriamente me considero feo, desgarbado, no me preocupo demasiado de mi apariencia, sin describir acá la montonera de defectos, pifias y complejos... Y sin embargo repito me siento en la posición de criticar.
Me he fijado que, en mi pareja, busco los detalles que en mi encuentro feos... algo así como el equilibrio, mi yang. Por "anticoincidencia" también encuentro lindo y tierno detalles que la mayor parte del tiempo, las mujeres detestan en si mismas... vaya a saber porque (tarea para la casa).
La cosa es que debo incorporar de una vez por todas, que perfección no existe, no existe en los demás, y muy lejos está de mí, más aún si persisto en esto. Lo que si es real es el equilibrio, tolerancia, aceptación.

Excelencia sí, arrogancia no.

Quizás perfección… pero sólo en el encuentro de dos imperfectos, hechos uno para otro.

lunes, 2 de junio de 2008

Racionalizo

Pienso bastante, mucho, demasiado ... y constantemente.
Inevitablemente mi carácter y crianza, nunca educación, me llevaron a hacerlo, yo solo a ejercitarlo, y lejos está de perfectible.
La observación y fijación en los mínimos detalles, me persigue, me complica, y peor.. lleva al juicio... este sí causa problemas, limita.. como en cualquier contexto, impide la visión integral... mejor escrito prejuicio, parcial e inexacto... aunque debo decir en mi defensa que tiene sus beneficios hacerlo regularmente.
Describiré para que entiendan como funciona esto de racionalizar (no pensar, ni razonar, menos racionar... nada que ver).
Empieza con el estímulo, daré un ejemplo cotidiano (veo una mujer que me llama la atención), si mujer fuera con mirada despreciativa la escanearía de abajo hacia arriba... mujer no soy...por lo tanto más bien la veo como un todo, digamos que "le saco la foto".
En mi cabeza realizo la segunda etapa del proceso: las asociaciones; uña corta por ejemplo se asocia a comerse las uñas hábito de gente nerviosa... en general termina ahí... pero si peligrosamente sigo y hago un juicio podría deducir (equivocadamente) que es inestable emocionalmente... algunas veces deliberado, otras veces involuntario, claramente algo de lo que no me enorgullezco.
Así podría discurrir sobre peso, talla, pelo, manos, maquillaje, ropa, andar y gestos en general... lo considero separadamente o en el contexto de esa persona... lo enmarco, lo limpio lo tomo en consideración o no... y luego descanso, se a pasado la compulsión... me relajo... Lo mismo con el comportamiento... asociándolo a niñez, traumas, rollos varios, asuntos no resueltos, família...
¿Porque lo haré? Creo que por el impulso de hacerlo, no me creo ni me pongo a la altura filosófica, pero tal cual considero mi filosofía... manera de ver y pensar las cosas... ¿Qué puedo hacer? Eso sí no se sientan observados, o juzgados, aunque suene raro a quien quiero o amo lo quiero tal cuál es.. los adoro, y no los quería si no fueran como son.
Progresivamente intento deshacerme de ese impulso, pero los vicios profesionales no ayudan y lo reconozco que es muy chistoso, base de mi ironía que a mi y a varios divierte.
Entonces en vez de normalmente racionar (pensar con el objetivo de llegar a un fin o conclusión), racionalizo (reduzco a normas o conceptos racionales... es decir empadrono... pongo márgenes, comparo)... y sobretodo aunque la conjugación de racionalizar no existe... digo que racionalizo pues... ¿Comienzo de nuevo?

Esto si que es etéreo... ¿No?

domingo, 1 de junio de 2008

Primera

El último año ha sido un proceso de cambio y transformación. Visita a los rincones más recónditos de la memoria y conciencia. No con la eficiencia esperada, aunque todo indica que si fue efectivo. Los resultados están por verse a largo plazo y los primeros efectos ya los he sentido y repercuten en el día a día, me da esperanza de algo y alguien bueno. Por otro lado el camino sigue, también los cambios y de eso vengo a hablar hoy, de alguien inesperado que me hizo ver algo en mi, me descolocó, me ayudó y complicó.
La encuentro en un mundo que desaparece al apretar el botón rojo de "Windows", lentamente se adentra en el mío, se conecta, y tal como virus se multiplica, está en más de un archivo, muta y se apodera. Lo distinto es lo fundamental.
Nunca he pensado encontrar alguien tan perceptiva, detallista y precisa en sus comentarios, alegre, niña, de alcurnia. Logra en igual medida sorprenderme e incomodarme con comentarios acertados y ocurrentes, no molesta, me sorprende que en tan poco tiempo sepa cosas de mi o detalles de mi personalidad que seguro los notaría mas tardíamente. Se sale con la suya, por ahora, tiene parte mía apoyándola, toda una barra...
En este momento me debato entre el beso y la espera, entre señales divergentes, peor ahora... racionalizo como ella...belleza, vitalidad, sonrisa, complicidad... giro... mi estilo de vida, mis defectos, una inseguridad que no sé porque está o de dónde viene... y lo de siempre la poca paciencia y escasa tolerancia al fracaso que me apuran a decidir...
¿Que querrá ella? No me doy cuenta? Será ella como dice ser? Poco expresiva? O yo muy cauteloso? O sólo correcto? Ambos tercos? Orgullosos?
Si esto es interacción dame más, reacciona, da tu brazo a torcer, ambos debemos rendirnos, perder y ganar... ¿No? Un paso a una trampa?... quizás... pero estoy dispuesto a caer contigo...
Ahora espero un gesto, una señal, o tomaré una decisión, por ambos.. pensando y meditando ya sé qué necesito.. qué quiero ahora... eres la primera post-transformación.

Nos estamos hablando.