domingo, 24 de agosto de 2008

EnJuicio

Piensas que nadie te entiende, que quizás nadie lo hará, que tus inseguridades y lo que duele no se compara al daño que hiciste. Lo que sufriste y el daño recibido pasan desapercibidos a los ojos del oponente herido y dolido.. es esperable... Sin embargo nadie me preparó para sentir las ganas de gritar a los que me enjuician... gritarles que no siempre las cosas son como se ven o se sienten... que la justicia es una convención... que todo se ve según su prisma.... y que la audiencia, también parcial, juzga con mayor frialdad al no ser parte del problema o su solución... ella es incluso más dura, menos comprometida, se siente imparcial por la distancia, cruel... pero se equivoca si cree que sus juicios son más acertados o menos dañinos... son lo que son... juicios.. y como tal... sentidos por los reos como un veredicto, quizás más duro al sentirlo de un cercano, no empático y no familiarizado con la simbiosis única de cada pareja, sesgados por las experiencias, covencionismos y creencias propias, pocas veces extrapolables.... Lo que quiero es ayuda, construtivismo, la crítica de un sacerdote que equilibra perdón y castigo y que no te mata la esperanza de volver a confiar en un amigo, que te juzgó, sentenció, hizo una imagen parcial, incompleta y no verdadera de ti....
Como reo y juez decido mi pena...no sé si es severa... pero duele y me recuerda mis errores.... bastante... mis amigos, a los que no quiero juzgar, espero aprendan de mis errores... de los suyos aprenderé yo.... y la que me quiera y pueda me reformará e insertará en la sociedad... ya sin culpa o crimen que pagar.

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