domingo, 24 de agosto de 2008

Lo que quiero es la compañia de tu silencio

Preguntas en el aire, me hacen recordar relaciones anteriores y penas actuales, críticas, y aflora mi rabia por una culpa sobredimensionada, el castigo perpétuo que pago por errores del pasado.
Los errores que vinieron de la arrogancia, de la soberbia, de la agresividad y de las entrañas de mi carácter me seguirán juzgando y son ellos los que quiero evitar a futuro; no solo para no herir a mis seres queridos sino porque a veces ya no tolero la crítica constante y el recuerdo permanente de que fui una pareja hiriente, maltratadora, sometedora y despreocupada.
Conociéndome más que el resto (así pensamos todos), sé que mi esencia no es la que la gente recuerda cuando piensa en mi como amante, si como el invariable hombre déspota y controlador, que se impone en fuerza y voluntad.
Si pudiera osar a desear algo más que el perdón de mis errores o que el olvido acalle el recuerdo, desearía una relación normal, conciente, racional y pasional en igual medida y con la ayuda de una cuando lo necesite la otra, sin daño o herdos o al menos sin que nos lo hagamos concientemente.
Los errores cometidos fueron muy buenos profesores, me enseñaron a buscar alguien sereno y paciente, racional, que me conociera, me aceptara con límites, que juntos inventáramos algo que ambos no hubiéramos experenciado, que eso fuera único y como tal vieramos algo perfecto en su imperfección, como debieramos ser juntos más que separados.
No quisiera las peleas por pequeñeces, ni los gritos por nada, no deseo el silencio que otorga sin cuestionar sea por amor o por miedo, éste último me aterroriza y me entristece profundamente. Quiero diálogo sin miedo a consecuencias o represalias, quiero afecto, preocupación, madurez, inteligencia emocional para los pocos momentos en que hay que callar y conceder, y voluntad, confianza y tino cuándo hubiera que criticar o cuándo el disgusto sea mayor que el placer de mi compañia.
Proyecto mi pareja en mi, yo en ambos y ambos diariamente.
La interacción que resulta de dos personas es algo imprevisible en realidad, es independiente, tiene vida y amor propio, como tal nace, vive y muere según sus leyes, lo único que nos queda es respetarnos, querernos, amarnos sin lenvantar barreras físicas, psicologicas, emocionales... comunicacionales.
Teniendo claro que algunas relaciones son más fáciles que otras y no por eso mejores o peores, solo espero que esto, que es único en el tiempo por su carácter voluble, sea bueno mientras dure (dias, años, siempre) y que aún en silencio te sienta mía, o yo en mis actos y vícios sea tuyo, y juntos nos "sublimemos" con lo que produzcamos ambos.

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